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Al reptar se me van pegando todo tipo de objetos al cuerpo. Un abrelatas, unas chinchetas (ouch!!!), la colección de grandes éxitos del Fary en musicasette ... no importa, mi cuerpo se amolda a lo que le echen!!! La grasa que tengo en mi barriga y michelines me permiten adaptarme a casi cualquier forma. (Nota metal: apuntarme al gimnasio de una puta vez, o en su defecto enrolarme en el circo)
Pero ... hay un objeto que se me está metiendo por ... que me está molestando sobremanera. Lo cojo. Lo examino (botón derecho, menú desplegable, opción examinar). Es una antigua lámpara de aceite. De esas que suelen tener un genio dentro. La froto despacio. La froto más fuerte. Se corre. Nada. Desde que me abdujeron me he vuelto un poco rarito.
Estampo la lámpara contra la pared. Oigo un quejido. Miro por el agujero de la lámpara. Veo a un genio barrigudo y con cara de mala oxtia, como si alguien le hubiera despertado de la siesta. Me dice que hoy no está para hacer favores a nadie. Sacudo la lámpara a mala oxtia. Quiero mis 3 deseos, y los quiero ya!!!
Despues de amenazarle con llamar a atención al consumidor, de meterle debajo de mi sobaco un buen rato (no os imagináis lo que se puede llegar a sudar por ir andando hasta mi casa) y de darle un buen par de oxtias, accede a concederme un deseo ...
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